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El sistema vestibular y el síndrome vestibular

Al sistema vestibular, responsable del control del equilibrio postural y de la estabilización de la mirada en los mamíferos, lo integran diferentes partes del oído interno y del sistema nervioso central. Si una enfermedad, o lesión, daña estas áreas, se puede producir un desorden del sistema vestibular.

Para mantener el equilibrio, es necesario que el sistema vestibular del oído, la vista y el sistema propioceptivo trabajen adecuadamente. A través de la vista, los seres humanos percibimos el entorno, vemos dónde estamos situados y la distancia o profundidad de campo de los objetos, el sistema propioceptivo –el cuello, torso, articulaciones y pies- recoge información acerca del entorno que nos rodea inmediatamente, con el que estamos en contacto físico. Finalmente, el sistema vestibular se encarga de informar acerca de las características de los movimientos (aceleración, velocidad y dirección) a los que nuestro cuerpo se ve sometido. El vértigo o el mareo son la consecuencia de un fallo en estos sistemas o de su integración cerebral.

 

¿Cómo funciona el sistema vestibular?

A modo de resumen podemos decir que cuando la cabeza se desplaza, el líquido que hay dentro del oído interno mueve las células sensoriales de esta zona y remite el mensaje al cerebro. El cerebro procesa la información y transmite a los músculos las órdenes necesarias para permitirnos mantener el equilibrio de manera constante e inconsciente.
El sentido del equilibrio se desarrolla en los primeros años de vida del ser humano. Como muchas de las funciones corporales, es conocido que a partir de una cierta edad comienzan a decaer.

 

El Síndrome Vestibular

El Síndrome Vestibular Periférico aparece si hay lesiones en el laberinto del oído o en la porción más inicial del nervio vestibular. De manera habitual, el fallo periférico se debe a múltiples causas de carácter no grave, que por lo general son fácilmente tratables, aunque ocasionalmente pueden deberse a alteraciones más severas, como pueden ser tumores o traumatismos con fractura del hueso que contiene al oído.

Por su parte, el Síndrome Vestibular Central aparece por lesión del núcleo vestibular o por alteración de alguna de las vías que salen o entran en él. Su pronóstico es por lo general más grave. Estas lesiones se pueden producir por inflamaciones, tumores o accidentes cerebrovasculares en la zona.

Los principales síntomas del Síndrome Vestibular son el vértigo, especialmente sensible al movimiento de la cabeza, la ataxia vestibular -un trastorno generalizado de la coordinación, el equilibrio y la marcha -; y una serie de manifestaciones clínicas vegetativas como taquicardia, hipotensión, sudoración o vómitos.